Pyrenaica 290 (2023)

Corría el año 1826 cuando nació la Fotografía. Joseph-Nicéphore Niépce necesitó ocho horas para tomar la primera fotografía de la historia y fue un paisaje. Actualmente en cambio, se publican al día más de cien millones de fotografías en Instagram. En estos casi doscientos años de historia los cambios tecnológicos asociados a la fotografía han sido constantes, hasta el punto de que, en la actualidad, cualquier persona que tenga un teléfono móvil tiene también una cámara fotográfica.

En la montaña es habitual ver personas haciendo fotografías con diferentes tipos de cámaras, pero lo importante no es sólo la cámara, sino también el ojo y la intención de quien hace la foto. La diferencia entre una fotografía y una foto de recuerdo, está en lo educado, formado y entrenado que esté ese ojo. Si lo que quieres es una foto de recuerdo puramente personal de una experiencia memorable en la montaña, alza tu cámara y dispara. Pero si lo que quieres es fotografiar, escribir con luz para compartir con otras personas lo que has sentido; si tu intención es reflejar ese momento irrepetible con el mayor número posible de matices; o si lo que quieres es retratar ese instante para volver a él cuando contemples la fotografía en tu casa, entonces debes leer el artículo de Pablo Ruiz.

Él ha crecido en los últimos años como fotógrafo, formador y viajero, siempre dispuesto a compartir sus conocimientos y fotografías. En su artículo, “Fotografía de montaña”, repasa las claves básicas de un arte apasionante en el que escribimos con luz los renglones de nuestra memoria.

Que levante la mano quien ojea las fotos antes de leer la revista.

Que levante la mano quien se ha parado a leer un artículo por las fotos.

Que levante la mano quien recuerde un número de la revista por su fotografía de portada.

Así que la próxima vez que cojas tu cámara para hacer una fotografía, piensa que el momento que estás viviendo no lo volverás a vivir jamás y que tener la mejor fotografía posible sólo depende de ti. Escribe con luz el relato de ese momento, sabiendo que cuanto más formado esté tu ojo, mejor será ese relato.

En este número podrás disfrutar también de viajes, proyectos, recuerdos, consejos, aventuras, experiencias e inquietudes compartidas generosamente mediante textos e imágenes que alimentan y nutren a la comunidad montañera. Las personas que han escrito los artículos nos regalan energía para la pasión que nos une: el amor a la Montaña, el amor a lo que encontramos en su paisaje.