Pyrenaica 233 (2008)
del Tachamontes
Pyrenaica 233
Escaladas selectas en cuatro zonas de Gredos
2008
Editorial
Uriarte, Luis Ignacio Domingo (Txomin)
DE vez en cuando conviene repasar los valores que existen en el mundo en que nos movemos. El montañismo básicamente no tiene normas regladas a las que hay que ajustarse, como pasa en las competiciones. No se puede prohibir ni perseguir. Pero existen unos principios, unas reglas de conducta muchas veces implícitas, aceptadas por la comunidad de montañeros. Fueron expresadas en la Declaración de Tirol, que acordó la UIAA en el año 2002 y que siguen absolutamente vigentes.
Ahora se ha pedido a la Comisión de Alpinismo que revise la máxima 8a, "El estilo de hacer montaña", que empezaba con un enunciado valiente: "La calidad de la experiencia y el modo de resolver los problemas es más importante que el hecho de resolverlos." Y que profundice en el último punto, que postulaba el no uso de cuerdas fijas, de oxígeno embotellado y de drogas no autorizadas para mejorar el rendimiento.
Está abierto el debate sobre la valoración del uso del oxígeno en el Himalaya. El buen estilo, el mejor o el ideal, implica el reservar el oxígeno para usos terapéuticos. Algo similar pasa con las drogas. En las expediciones no se aplican las normas antidopaje de la UIAA pero se desaconseja, en todo tiempo y lugar, el consumo de drogas incluidas en las listas de referencia, excepto con fines terapéuticos para preservar o restaurar la salud de los alpinistas.
¿Y los que necesitan estas ayudas, qué pueden hacer? Todo el mundo tiene derecho a una vida plena, incluyendo la práctica del alpinismo. Al Everest ya han ayudado a subir por ejemplo a ciegos y a personas sin piernas. La FEMAD, Fundación Española de Montañismo y Deporte Adaptado, anuncia el proyecto: "7 Cumbres 7 Volcanes para Todos y por Todos" que logrará que los discapacitados físicos lleguen a los sitios más altos del mundo. Es difícil establecer dónde quedan los límites, pero esto es un asunto distinto, y no vale mezclar las cosas.
Existe un estilo limpio de hacer alpinismo, que debe ser el modelo y debe ser reconocido como tal. Hay una tentación permanente y creciente de que los medios de comunicación manipulen la información, desproporcionen las actuaciones y confundan a la opinión pública, que siempre tenderá a la simplificación. Muchas veces no es decir mentiras, pero sí no aclarar los puntos esenciales, induciendo así a la veneración de mitos que no cumplen aquellos valores.
¡Qué lejos queda por ejemplo el estilo de hacer alpinismo extremo de Doug Scout y sus amigos británicos! Esa forma de buscar retos difíciles, utilizando un mínimo de recursos externos. ¿Y qué ventaja tiene eso? Pues en su caso, que le permitió sobrevivir en aquella dramática escapada en 1977 en el Karakorum, desde la cumbre del Baintha Brakk (7285 m), cuya primera ascensión acababan de hacer, arrastrándose montaña abajo, por terreno muy difícil, durante ocho interminables días con las dos piernas rotas. Es escalofriante. Da la sensación de que la montaña, a la que llamaron el Ogro, "sí que quería", pero no pudo con ellos.
La conclusión que sacamos es que hay que divulgar entre los montañeros esos principios de la ética del alpinismo. Procuraremos hacerlo en breve y masivamente. Y si provocan debates, pues mucho mejor. Es muy positivo reflexionar e intercambiar opiniones meditadas sobre estos temas. Y además como dice otro amigo, Joserra, al final es tan bueno crear afición como crear oposición.