Pyrenaica 214 (2004)
del Tachamontes
Pyrenaica 214
Ur mugaren ibilaldia zehatz-meatz
2004
Editorial
Uriarte, Luis Ignacio Domingo (Txomin)
Cuando despiertó, el dinosaurio todavia estaba allí. Augusto Monterroso es un escritor guatemalteco que murió el año pasado pero ha pasado a la literatura como un maestro, a pesar de no haber publicado más de media docena de libros. Y lo que le hizo más famoso fue precisamente ese cuento de El dinosaurio, el relato más breve de la literatura universal, de sólo siete palabras. (Una vez que alguien le añadió equivocadamente una palabra más Tito, como le llamaban los amigos, dijo que se lo habían convertido en una novela de Tolstoi).
Se sentía nostálgico el veterano Agustín Faus en el IV Encuentro de Sociedades Pirinelstas (El Pueyo, marzo de 2003) cuando comentaba que hoy en día abundan las publicaciones de montaña, pero se publica muy poca literatura de montaña. Hay un sinfín de topoguías y libros de expediciones pero se echan en falta las obras de ficción: aquellas novelas clásicas que calentaban los sueños montañeros, aquellos cuentos que releíamos con tanto gusto.
Pyrenaica quiere contribuir a cubrir este hueco. Ya sabemos que no es fácil. Ni siquiera es fácil contar bien una excursión, o describir con claridad un itinerario. Más difícil es inventar una historia. Tomar una anécdota que sirva de punto de partida. O de llegada. O que establezca una relación lateral. Hay que echarle Imaginación. Hay que vencer el terror de la página en blanco. E incluso hacerlo más corto es todavía más difícil. Los escritores saben bien lo que cuestan los ejercicios de condensación. Se sufre releyendo, resumiendo, seleccionando, puliendo, cortando y recortando.
Pero este año en Pyrenalca nos sentimos innovadores y ésta es otra de las apuestas que hacemos. Uno de los objetivos principales de la revista, explícito y confirmado, es fomentar las colaboraciones de nuestros montañeros. Así que probamos otra vez volver a la convocatoria anual del concurso de artículos monográficos. Este año el tema son los cuentos. Probablemente no vamos a descubrir vocaciones literarias, y tampoco lo pretendemos. Pero quizá sí animemos a alguien a concretar unas ideas que llevaba dentro y a plasmarlas en el papel (es decir, el ordenador).
Para dar facilidades de alguna forma, hemos redactado unas reglas de juego muy sencillas. Las tenéis en la Agenda, en la última página de esta revista. Pero hay que darse prisa porque, aunque parece que falta mucho, el tiempo pasa muy rápido. Se trata de que nos mandéis antes del 30 de junio de 2004 "un cuento, entre dos y seis páginas, relacionado con el mundo de la montaña o con las actividades que se realizan en ella". Quizá valga la pena intentarlo.