Pyrenaica 210 (2003)

oy iba a hablar de las marchas de larga duración y de las carreras en el r monte y de aquellos a los que no les parece bien estas cosas y de que J curiosamente en el monte cabemos todos y de que precisamente esa es la grandeza del monte porque es el reino de la tolerancia y de la paz, y cuando he llegado a este punto me he quedado aqui y he pensado que hablaré de las marchas y de las carreras otro día.

Uno de los mayores atractivos de la UIAA (Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo), y es uno de los aspectos que más ilusión nos hace al habernos integrado directamente a ese organismo, es la decidida campaña que está realizando a favor de la paz y la concordia entre los pueblos. Y es que están convencidos de que la afición al alpinismo puede ser un potente instrumento que ayude a conseguirlo, por medio de acciones positivas.

La búsqueda de la paz no es sólo un NO a la guerra. No será sólo la denuncia al delito de agresión internacional que está a punto de ejecutarse tras una larga crónica de ataque anunciado, dentro del plan de los señores de la guerra por controlar el mercado mundial del petróleo y que, en el mejor de los escenarios estudiados por los analistas financieros, conseguirá una guerra "contenida, breve y limpia", en el que no pueden preocuparse mucho de los "efectos colaterales inevitables sobre la población civil" y el posible caos regional que se produzca en el mundo árabe. Y ello, en un momento en el que toda la gente del mundo dice unánimemente que no, en la primera respuesta globalizada de la historia.

La UIAA ha redoblado en los dos últimos años sus esfuerzos por articular actividades concretas que promuevan la convivencia internacional y ayuden a crear un estado de ánimo que difunda por el mundo estos valores de cooperación entre países y protección al medio natural buscando el desarrollo sostenible. Se están poniendo en práctica unos cuantos proyectos atractivos relacionados con la idea de los Parques Nacionales Transfronterizos. En África, en junio de 2001, el parque de Sehlabathebe en las montañas Drakensberg, en tierras de Lesotho y Sudáfrica. En Europa el parque del Mont Blanc entre Francia, Italia y Suiza, que se presentará en los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004, intentando recuperar un entorno demasiado explotado turísticamente, y el Parque de la Paz de los Balcanes, entre Albania, Montenegro y Kosovo (hay una invitación internacional en la UIAA para los que quieran hacer allí un trekking de 12 días en el próximo julio). Y, sobre todo, en Asía el de la creación de un área protegida para la paz en el glaciar de Sianchen, en el Karakorum, entre India y Pakistán, el mayor glaciar del mundo y en el que ha tenido lugar la guerra más fría, más alta y más larga de la historia.

Hay varias iniciativas en este sentido en Nepal, al filo del cincuentenario de la primera ascensión al Everest. La primera es la declaración de alto al fuego y diálogo entre la guerrilla maoísta y el gobierno del Nepal. Otra está relacionada con el legado de Hillary, para el desarrollo del pais de los sherpas (las 30 escuelas, 2 aeropuertos, 2 hospitales, 11 centros de salud y otros muchos proyectos, que hacen a algunos pensar que para Hillary, más importante que subir al Everest fue lo que hizo luego por los sherpas). También hay un proyecto Everest por la Paz 2003, en busca de la tolerancia religiosa, promovido por la HPT, otro organismo internacional de turismo por la paz.

Quizá la actividad simbólica más llamativa la desarrollaron entre la UIAA y la UICN (World Conservation Union) el año pasado, el año internacional del montañismo. Fue lo que llamaron el "Summit Team", una ascensión conjunta en los Alpes suizos, incluyendo el Monch, de montañeros de élite indios y paquistaníes, secularmente enemigos, acompañados por la figura carismática de Jaime Andrew, el escalador escocés que en 1999 perdió los dos manos y los dos pies, como consecuencia de congelaciones en el macizo del Mont Blanc.