Pyrenaica 221 (2005)

Parece claro que la montaña ofrece un excelente campo de actuación para los deportes olímpicos. Lo veía muy claro Pierre de Coubertin, el "patrón" de los Juegos Olímpicos modernos. El famoso lema que adoptó de " Citius, altius, fortius" lo podemos traducir casi literalmente cuando intentamos subir a las montañas "más rápido, más arriba y con más fuerzas". Aunque la manida frase que se le atribuye, y que yo prometo no decir nunca más: "Lo importante es competir", nosotros la traslademos a nuestro repetido "Lo importante es estar en el monte” .

Coubertin intentó acercar el alpinismo a los Juegos pensando en que adquirirían con ello un carácter "más fascinante". Por eso creó como un trofeo olímpico la "Medalla del Alpinismo", a la actividad montañera más destacada. La primera - y de hecho la única que se concedió - fue a la expedición de Bruce al Everest en 1922. Pero el asunto resultó ser demasiado complicado, tanto es así que unos años después el propio Coubertin retiró la medalla concedida, entre otras muchas razones "porque nunca se repetiría tan gran hazaña". (Lo cual no fue una profecía muy atinada, viendo lo que se ha hecho después).

Más suerte tuvo una actividad aneja, ejercida en el monte nevado: el esquí militar o esquí de patrulla. Fue olímpico en 1924 y 1928 y luego se retiró hasta que volvió a incluirse en 1968, como biathlon: esquí de fondo y tiro.

La escalada deportiva puede tener una entrada por la puerta grande. Cumple absolutamente todos los requisitos de práctica en muchos países, numerosos competidores, participación femenina, etc. El único obstáculo es que no hay sitio en las Olimpiadas. El cupo de 35 deportes admisibles está cubierto y no se admite ninguna solicitud si no es a cambio de sustituir a alguno de los deportes actuales. Parece que esto no se conseguirá hasta 2016. Y algún día la escalada en hielo quizá pueda seguir sus pasos.

A pesar de ser más minoritario, el esquí de montaña o esquíalpinismo está más cerca de entrar. En los Juegos de Invierno hay sitio para nuevas modalidades y el esquí de montaña ha cumplido ya los dos requisitos que le faltaban: ser practicado en 25 países y celebrar dos campeonatos mundiales previos. Probablemente pronto será aceptado.

Ahí está la UIAA empujando por unas y por otras y ahí se acerca la EMF a ocupar su plaza: inclusión en el "UIAA Climbing", celebración del Dima Rockmaster, brillantes actuaciones de nuestros escaladores... Y mientras tanto, aprovechando el tirón de los medios de comunicación que rodean a las Olimpiadas, se presenta para las de 2008 una actividad que se anuncia como el feliz ayuntamiento entre alpinismo y olimpismo: la antorcha olímpica, que irá desde el Olimpo de Grecia hasta Pekín, sede de los Juegos, pasará durante el mes de mayo por la cima del Everest, ascendida simultáneamente por las vertientes tibetana y nepalesa. (De todas formas, según los estándares actuales, la ascensión de la antorcha al Everest está minusvalorada, porque tendrá que usar oxígeno artificial para llegar a la cumbre, si no quiere apagarse ante la escasa concentración de oxígeno del aire).