Pyrenaica 243 (2011)
del Tachamontes
Pyrenaica 243
Especial Montañas del Sur
2011
Editorial
Alejos, Luis
HACE dos décadas contribuimos desde estas mismas páginas a difundir la expresión Montañas del Sur que ya se ha convertido en denominación de uso común. Entonces la información sobre las cumbres y paisajes del sur peninsular era tan escasa que encontrar documentación de la zona era todo un reto; ahora nos congratulamos de que abunde. No obstante, siempre queda algo novedoso por descubrir con otra mirada o de relatar de distinta manera. Tal es el objetivo inicial de este monográfico. Para llevarlo a cabo nos hemos apoyado en experiencias propias y ajenas, contando con la colaboración de personas de allí y de aquí. Si en todos los números especiales recurrimos a la lista de contactos para buscar nuevas firmas, esta vez hemos hecho algo más: rastrear la red de redes, obteniendo unos resultados tan sorprendentes como positivos. La conclusión es que Pyrenaica no necesita carta de presentación en el espacio virtual. La mayoría de las personas localizadas a través de páginas web y blogs han accedido a escribir y a ceder sus fotos de forma altruista a una revista impresa. Buena parte de esas novedosas y generosas colaboraciones corresponden a mujeres. De todo ello se deduce que, más allá de pronósticos sombríos y agoreros, hay un espacio común, un lugar de encuentro, entre las publicaciones impresas y digitales.
Otra valoración es que el rigor de los textos impresos no está reñido con la inmediatez y aparente volatilidad de los digitales. Para comprobarlo basta pasar página y empezar a leer. Encontraremos artículos que abordan la generalidad de las actividades de montaña. Unos responden a la llamada, al hechizo del Sur. Otros destilan la pasión, el amor a la tierra de paso, adopción o pertenencia. Tanto lo que nos une como lo que nos diferencia contribuye a enriquecer el resultado final. Dejémonos arrastrar por la fascinación del Sur, compartiendo con sus gentes el patrimonio popular, histórico y cultural. Aunque alcancemos todas las cumbres, si no visitamos sus pueblos, los monumentales y los más recónditos, la satisfacción no será plena, habremos dejado tareas pendientes. Leyendo primero, después caminando, recorreremos veredas antaño frecuentadas por temibles bandoleros o audaces viajeros. Buscando cortijadas y cruzando olivares encontraremos parajes singulares que tienen historia y han inspirado leyendas. Iremos en busca de las cumbres sureñas, sabiendo que los topónimos de muchos parajes nos hablarán de su origen árabe. De paso podremos constatar la irracionalidad y vulgaridad de los tópicos. En el sur peninsular, además de playas, puertos deportivos y complejos turísticos, hay multitud de sierras que atesoran una portentosa biodiversidad en su flora y fauna. Permitamos que los paisajes del Sur nos deleiten y sorprendan tanto, que antes de ir ya estemos deseando emprender un nuevo viaje con el mismo rumbo.