Pyrenaica 259 (2015)

En 1930, recién fundada la Federación Vasco-Navarra de Alpinismo y cuando muchos de sus clubes aún no admiten socias, Raimunda Royo se empeña y completa el concurso de los cien montes. Es la primera mujer en hacerlo, otras seis montañeras seguirán sus pasos unos meses más tarde. Veinticinco años después, Maritxu Bilbao y Angelita Olano se embarcan "solas" en una travesía pirenaica alcanzando varios tres miles prestigiosos; las críticas por haberlo hecho en pantalón corto no oscurecieron la audacia de su aventura, ni las desanimaron para repetirla en años posteriores. Loli López Goñi, en 1959, es la única mujer en el grupo de dieciocho alpinistas de élite que funda la Escuela de Alta Montaña Vasca. En el 2015, noventa años después del reto de Raimunda, a las mujeres de la EMF todavía nos quedan territorios por conquistar.

Cuando asumo la dirección de Pyrenaica, animada por el valioso equipo de redacción, no puedo dejar de pensar en las pioneras y en la fuerza de sus motivaciones. También en la historia de nuestra revista. En los tiempos en que todo se mide por su valor económico, me siento orgullosa de pertenecer al grupo colaborativo (articulistas, equipo de redacción, grupo asesor y dirección) que trabaja de forma altruista, con el compromiso de divulgar los valores del montañismo y de custodiar la memoria escrita del montañismo vasco.  Ahora recojo el testigo de Antonio Ortega que, tras más de treinta años de trabajo incansable, deja una revista y una colección de publicaciones que han sido guía y referente para varias generaciones de montañeros y montañeras. La labor de Antonio es inigualable y queda para siempre en la historia del montañismo vasco.

En esta nueva etapa, nuestro objetivo principal sigue siendo que federados y federadas se sientan identificados con su revista. La continuidad en el modelo colaborativo ha de ir acompañada con la progresiva innovación en los contenidos y en el formato, porque han aparecido nuevas modalidades deportivas y las herramientas de comunicación han evolucionado espectacularmente. Cuidaremos la revista impresa, órgano de divulgación de la EMF, que garantiza el acceso de cualquier federado o federada a la información y su continuidad, y aumentaremos la presencia en los medios digitales para complementar la revista e informar de manera más inmediata. En cuanto a contenidos, daremos una especial atención a las actividades en montañas de Euskal Herria y en las que nos quedan cercanas; nadie mejor que nuestro colectivo para divulgar su belleza y las posibilidades que ofrecen para la práctica de senderismo, escalada, BTT, marchas, travesía, etc. Y seguiremos siendo una ventana abierta a las montañas lejanas desde la que avistar cimas, paredes y senderos que inspiren nuestros retos.

Para alcanzar estos objetivos necesitamos de la colaboración activa de todas las personas que leen Pyrenaica, especialmente de los federados y federadas de la EMF, de su participación en la revista y medios digitales. Porque es el colectivo montañero el protagonista del proyecto que heredamos de los pioneros del montañismo vasco y que trasladaremos a futuras generaciones.