Pyrenaica 206 (2002)

El mundo avanza muy rápido. El ritmo de innovación en los últimos tiempos es trepidante y recientemente hahabido un par de saltos cualitativos: primero fue el cambio de siglo, le costó pasar pero ya ha quedado muy atrás, y ahora está siendo la adaptación al euro. Dentro de muy poco tiempo el siglo XX será historia o, a la marcha que llevamos, casi prehistoria.

Uno de los aspectos en el que más nos está afectando es el desarrollo de internet. En un plazo muy breve las cosas son muy diferentes para nosotros. Lo que eran novedades de otras sociedades más avanzadas, y que nos creíamos con un cierto poso de duda, ahora ya está aquí. A mayor o menor velocidad hemos entrado en la red. Prácticamente todos. Se ha convertido en una realidad próxima, diaria, normal. Y con la clara sensación de que no hemos hecho más que asomarnos a un mundo nuevo. Otros están mucho más lejos, y hacia allá vamos a todo trapo.

Dos ejemplos en Pyrenaica, de la entrada en la telaraña del mundo de las comunicaciones informáticas. El primero es la sección de El rincón de la montaña en internet que empezó a desarrollar Ricardo Hemaní en el último número, el 205, reseñando las cinco meiores páginas mundiales, que pugnan por establecerse como el mejor portal de información montañera. Le seguirán en los próximos números los temas de páginas de Pirineos, de Picos, de turismo de montaña, de meteo. La lista es interminable, la sección que se ha introducido por un hueco ocupará un espacio importante, y ...ni siquiera sabemos el formato que tendrá dentro de poco la propia Pyrenaica.

El otro es la página web de la EMF, la mendikoweb que gestiona Luis Ibergallartu. Ya es una realidad, una página cuidada, cada día más atractiva. Con noticias de la Federación y del mundo de la montaña, con meteo, con enlaces cada vez más potentes, con señas electrónicas de los clubs, con contacto por correo directo con los interesados. En seguida con acceso a Pyrenaica.

Pero que no nos despisten. Todo eso está muy bien, y está muy bien el uso del móvil en el monte, y el GPS incorporando la cartografía digitalizada, y otros muchos inventos técnicos muy útiles. Pero lo importante es, y seguirá siendo, ir al monte y disfrutar del paisaje; del sol, de la nieve y de la roca; de los amigos y de la soledad; del esfuerzo y del sacrificio e incluso del cobijo después del temporal, del descanso después de la fatiga y del trago de agua después de pasar sed. Sigue siendo un placer quitarse las botas y tumbarse en el suelo.