Pyrenaica 220 (2005)
del Tachamontes
Pyrenaica 220
El entrañable Toloño y sus atractivos
2005
Editorial
Uriarte, Luis Ignacio Domingo (Txomin)
Muchos montañeros piensan que es muy difícil que se les publique un artículo en Pyrenaica. Y en parte tienen razón porque la secuencia de aparición trimestral crea en algunas ocasiones largas listas de espera. Pero no es cierto que la publicación esté sólo al alcance de los autores habituales o de los montañeros famosos. La razón no es ésa y en este editorial voy a comentar una serie de pasos que facilitan que un trabajo bueno (y no entro ahora a definir la calidad del artículo) tenga más garantías de ser publicado y de dar así satisfacción a su autor, y por ende, provecho a los animados lectores. Son cinco pasos, adaptables a cualquier tipo de artículos .
El primero, para empezar con buen pie y no trabajar en balde, es comprender las reglas del juego. Situarse en la posición de los responsables de la revista, interiorizar sus criterios de selección, lo que se puede conseguir por ejemplo revisando números anteriores o incluso consultando con la Redacción. Examinar si la idea que se baraja o el trabajo que se tiene ya más o menos escrito, será aceptable y si se dispone ya de todo el material imprescindible. Una vez que se conteste afirmativamente, tomar la decisión de dedicar al artículo todo el tiempo y energías que sean necesarios (normalmente bastantes más de las que se prevén al principio).
El segundo paso consiste en definir el significado de lo que se quiere contar. Suelen decir que un buen procedimiento es escribir un resumen del mensaje en una sola frase de unas doce palabras, con un verbo por lo menos. Es un buen ejercicio que obliga a pensar con claridad y servirá para identificar el núcleo central del trabajo. Sobre él se construirá el edificio del artículo, decidiendo la información que se va a presentar y, sobre todo, la que se va a omitir porque no es relevante. La regla de oro es que lo que sobra, molesta. El tercer paso es escribir y debe ser rápido. Emplear demasiado tiempo quiere decir que se están haciendo también actividades de los otros pasos. Aquí se trata solamente de redactar un escrito claro y coherente. A veces sale a la primera y ya está. Pero otras veces es justo un primer borrador que luego habrá que modificar. Eso no importa. No hace falta escribirlo bien. Lo que hay que hacer es simplemente escribirlo.
Para eso está el cuarto paso, que es reescribirlo, dedicando el tiempo a corregir lo que es importante. Son dos aspectos denominados "macroedición" o grandes preguntas (¿es coherente?, ¿es adecuado?, ¿está bien estructurado? ¿es demasiado largo?) y "microedición" o detalles (¿datos comprobados?, ¿nombres?, ¿erratas?, ¿sintaxis y ortografía?)
El último paso, que puede resultar el más tedioso y el que más tiempo y ayudas necesite, es completarlo. Sobre todo el asunto de las fotografías. Es un tema excluyente, cuya ausencia puede hacer caer un buen texto de artículo. (Y aprovecho para comentar el peligro del tratamiento digital de las fotos que pueden parecer impecables en la pantalla del ordenador y sin embargo resultar impublicables por las limitaciones de su resolución). Un buen mapa, terminado para su publicación o por lo menos con la documentación precisa para su reproducción por la revista. Y el resto de extras: ficha técnica con los datos prácticos, referencias cartográficas y bibliográficas, agradecimientos ... e incluso el título del artículo.
Ya está terminado y listo para ser enviado, por procedimiento electrónico, etc. Luego puede ser conveniente interesarse periódicamente por él, pero no desmoralizarse si tarda en recibirse contestación. Muchas veces "urge esperar". La respuesta puede ser que haya que revisar puntos, completar detalles, o recortar el texto, pero con un poco de suerte puede ocurrir también que el artículo resulte publicado y se puedan dar por buenos todos los esfuerzos realizados.