Pyrenaica 252 (2013)

BEASAIN, 17:30 pm. Aitor, de 15 años, acaba de abrir el buzón de su casa y rasga la funda de plástico que envuelve la revista. Mientras engulle el bocadillo, aprovechará que su ama, marchadora de fondo, no viene hasta tarde para echarle un vistazo. Elizondo, 18:00 pm. A Jaime le ha llamado su compañera para decirle que el ejemplar ya ha llegado y que está con los chavales leyéndolo. Se trata de la ruta por el valle que tantas veces recorriera con su alta, a quien ha dedicado el artículo en homenaje. Getxo, 18:15 pm. Christian, llegó de Guatemala hace ya unos años tras conocer a Nekane, y está entusiasmado por ver cómo quedó su trabajo sobre las montañas centroamericanas. Arrasate, 18:30 pm. Unax y Nekane, aunque tienen 13 años, hace ya varios que concursan en su club de montaña y ansían su primera aventura familiar en Pirineos. Madrid, 18:45 pm. Pepe ojea su articulo sobre el Coropuna mientras prepara otro sobre sus últimas andanzas por Perú. Agurain, 19:00 pm / Argentina, 12:00 am. Alex recibe en Córdoba su colaboración sobre el Llullaillaco al tiempo que a este lado del océano, en la barra del bar Jose-Mari, Garai, Nagore y Nerea comienzan a esbozar el reto de la primera expedición femenina. Estados Unidos, 13:00 pm. Evelio ultima sus notas en la vieja máquina de escribir animando a la juventud montañera a descubrir los últimos cerros andinos aún vírgenes. Vitoria, 20:00 pm. Marcelo da un paseo con su mujer. Hoy ha sido un día fatigoso. Casi 3.000 domicilios de la capital han recibido su Pyrenaica. Otros 30.000 ejemplares están llegando a cada rincón de Euskal Herria, a 682 localidades, como desde hace casi un siglo. Oñati, Iruñea, Azpeitia, lrun,Tolosa... 22:00 pm. Son legión los montañeros y montañeras, niños y niñas, senderistas, gente jubilada o en paro por la crisis... que en su sofá le dan una primera ojeada buscando su tema favorito.

Bilbao, 20:30 pm. Como cada tarde de lunes a jueves desde hace 33 años, Antonio cierra la pequeña sede de la revista donde atiende con Gotzone y Amparo las llamadas, el email y las visitas de gente federada. Hoy tenemos reunión trimestral. Después de repasar el último número, nos repartimos las tareas para el siguiente: Josu elegirá las fotos de entre las enviadas, Inés preparará los mapas, Mikel, Luisa, Ricardo y Patxi revisarán los textos, Sabin se encargará de la edición; hay que contactar con varias personas colaboradoras para contrastar algún dato. Repasamos también los temas de los artículos que han ido llegando desde la última reunión. Hay que buscar más colaboraciones de mujeres y en euskera, todavía en minoría. Es nuestro compromiso. A partir de este momento y hasta la siguiente toca trabajo frente al ordenador. Alguien dice que tiene quince días de vacaciones y le recordamos entre risas que allí donde va también hay internet.

Aquí nadie cobra ni sueldo ni dietas, ni el equipo de redacción que prepara cada número, ni las personas que nos enviáis vuestros temas; ninguno de los ochomilistas, escaladores, etc. de aquí o de fuera que han pasado por sus páginas. Ni Alberto, ni los Pou, ni Bonington, ni Messner, ni Edurne, ni Josune... Cada cual ofrece algo que, con los años, descubre que es mucho más valioso que el dinero: su escaso tiempo libre.