Pyrenaica 201 (2000)

Antes era complicado. Quizá fuese más auténtico pero, claramente, era mucho más difícil. Cuando Juanito Cortazar "Otxandi" terminó de identificar y de ascender a los techos de las provincias españolas, en los años 70, prácticamente no había información. La cartografía se limitaba en muchos sitios a los mapas del Catastro, que estaban obsoletos desde hacía mucho tiempo. Las carreteras eran malas. Los montes allí estaban, en gran parte solos, sin recibir apenas visitas, tal como venían estándolo por los siglos de los siglos. Y si aparecías por allí, incluso te arriesgabas a que en una aldea remota los crios te tirasen piedras, por si acaso, para ahuyentar los malos espíritus.

La situación ha cambiado drásticamente en estos últimos 25 años. Hoy los montes están mucho más cerca de nosotros, son mucho más accesibles. No sólo los macizos clásicos de Pirineos, Picos, Gredos o Sierra Nevada. Resulta que quedan muy a mano montes "prominentes" (otro día hablaremos de eso) como Torrecilla, la Sagra o el Morrón de Gádor, atractivas sierras como Cazorla, Segura, Almenara o Espuña, o barrancos estrechos, largos y llenos de buitres donde podemos ir a embrujarnos del otoño como en las hoces del Duratón o en el río Lobos... Y nos hemos enterado de que a lo largo de la costa del Mediterráneo, muy cerca de las playas más frecuentadas, hay montañas muy interesantes, por ejemplo, en Tarragona, en Alicante o en Málaga. Es que ha sido impresionante el crecimiento de la información. Es llamativa la riqueza de literatura de viajes, y concretamente de montaña, que existe hoy en día sobre cualquier zona de la península e incluso sobre todas ellas en general. En este sentido, quiero recordar dos libros excepcionalmente acertados: Cien cumbres de la montaña ibérica, de Luis Alejos (1995) y Los Techos de España, de José Martínez (1999).

Hablando de "techos", una buena noticia para que disfruten los estudiosos y los coleccionistas es que ya están aclaradas las dudas sobre los casos polémicos que suscitaban el debate desde que se presentó el catálogo de Otxandi. Está rigurosamente documentado que el techo de Cantabria es Peña Vieja, el de Palencia es la cumbre sur de Peña Prieta, el de León es Cerredo, el de Cáceres es el Torreón de Calvitero, el de Teruel es Peñarroya, el de Valladolid Robleñada, el de Málaga Maroma y el de Zamora es la mole de la peña Trevinca.

Allá vamos. Acompañemos a Yarritu al Parque Natural de Sanabria. Tendremos ocasión de recorrerlo por dentro, por arriba y por su periferia. Porque él ha ¡do, ha vuelto y acaba de regresar de allí después de cumplir todos sus planes y tomar las notas que le faltaban, dando un ejemplo de entereza en un momento difícil. Y así os podemos invitar a abrir la revista ante una encrucijada de paisajes, a los pies de la peña Trevinca, el padre de Galicia, donde se juntan León, Orense y Zamora, encima del prodigioso lago de Sanabria.